Leyenda de la piedra que cura el mal de corazón

En las alturas del pueblo de Huacllán, en el lugar denominado Hualla (Áncash), habitaba la tribu de los indios huallas, que eran muy laboriosos. El curaca de la tribu tenía una hija muy hermosa llamada Ninfa, quien contrajo matrimonio con un hombre de mala fisonomía, al que, a pesar de ese defecto, quería con amor puro y santo. Este matrimonio no fue del agrado de su padre, el curaca, quien, secretamente, hizo envenenar a su hijo político. Ninfa, por disipar sus penas, se dirigió a la costa, pero apenas había recorrido tres kilómetros, a la altura de Cuta-Cocha, en las inmediaciones de la parte superior de Huacllán, le dio el mal de corazón, porque sentía mucho la muerte inesperada de su esposo. No pudo continuar el viaje, se quedó en ese sitio, donde hizo construir su casa. 

la piedra que cura leyenda

Uno de los incas, al hacer su recorrido por esos lugares, llegó a la casa de Ninfa y ella, con el corazón adolorido, le contó lo que padecía y la causa de su mal. El inca, que era muy generoso, al ver su rostro angelical, le ofreció mandar traer una piedra de la ciudad de Quito para que tomara un pedacito de ella en infusión y sanase del shonco-nané ("mal o dolor de corazón"). En efecto, así lo hizo. La piedra fue colocada junto a la casa de Ninfa, quien cada vez que le dolía el corazón tomaba en infusión un pedacito de ella, así como repartía entre las personas que sufrían de ese mal. Dicha piedra aún existe en ese lugar. Pero año tras año se va achicando, porque las gentes que conocen la virtud que encierra se llevan siempre un pedacito de ella. 

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